Tiempo pasado [cont.]
Las sospechas que había tenido el doctor Donovan esa mañana parecían haberse confirmado una semana después, cuando la misma expresión taciturna y nerviosa se reflejó en su rostro.
―Señorita Fairchild ―repitió con voz distinta a la que había usado hasta entonces, mirándome a mí y luego a Alyssa, y de ella nuevamente a mí. Ella parecía haberlo presentido ya en ese momento, pude verlo en sus ojos asustados.
Pero nunca se me hubiera cruzado por la cabeza…
―Sí, doctor ―hablé tranquilamente.
El médico tomó una bocanada de aire.
―Estos estudios dicen que… usted padece de leucemia linfática aguda ―musitó y el papel entre sus manos vibró.
El término me sonaba prácticamente desconocido en ese entonces. Sólo la palabra, me había asegurado que ya no había salida.
Leucemia.
Y ésa fue la sentencia para mí. Sin embargo, nadie podría haber predicho mi reacción.
Asentí como si se tratara de mi jefe ordenándome un artículo sobre restaurantes en la Oxford Street.
― ¿Cuánto tiempo me queda? ―pregunté aferrándome del borde de mi camiseta. A mi lado, Alyssa gimió como si le hubieran golpeado en el estómago.
―Jeanette… ―susurró tomándome de un brazo. Temblaba, ya desde entonces, temblaba. Temía por mí, por mi salud… temía por mí porque yo lo que menos sentía era miedo.
―Señorita Fairchild, no necesariamente usted… ―intervino el doctor, completamente consternado. Se aclaró la garganta ruidosamente―. No necesariamente usted morirá por esto, hay tratamientos muy efectivos que lograrán que su vida sea prácticamente normal.
―Pero no hay cura ―afirmé con la misma tranquilidad.
Había aprendido a controlar mis emociones desde pequeña, debía crecer y madurar con rapidez o sufriría mucho la falta de mis padres, era por ello que sabía que no había motivos para volverse locos. No era la primera enferma de leucemia en el mundo.
Las cosas pasan en la vida por alguna razón, importante lección que recuerdo haber aprendido cuando cumplí dieciocho y mi padre había decidido acompañar a mamá.
―Lamentablemente ―continuó el doctor Donovan―, esta leucemia no tiene cura, es muy rara. Generalmente se presenta en niños y en ellos es más sencillo su control. Pero existe la quimioterapia y sin llegar tan lejos está el tratamiento biológico con un par de comprimidos… ―añadió con un tono distinto de voz, un poco más alegre o intentando serlo para convencerme. Mas nada lo haría.
No necesitaba escuchar mucho, ya había tomado mi decisión desde el momento en que la palabra ‘leucemia’ había salido de la boca del médico.
Viviría, claro que lo haría. Pero sólo el tiempo que mi cuerpo lo quisiera, no lo bombardearía con tratamientos ineficaces que sólo lo cansarían más. Había visto la suficiente cantidad de enfermos de cáncer como para desear lo mismo para mí.
No quería inspirar lástima en quien posase mi mirada. No quería que pensaran en lo débil que era, ni que quisieran hacerlo todo por mí sólo por estar enferma de cáncer. Toda mi vida había sido independiente. Y no quería que vivieran para mí y mi bienestar cuando sería inútil siquiera aspirar a algo mejor.
El médico no me había proporcionado mayores detalles acerca de mi enfermedad, según él, no quería saturarme de información justamente en ese momento tan delicado, por lo que acudí yo misma a fuentes fiables en busca de pronósticos, complicaciones, otros casos parecidos al mío.
Navegué en internet por muchos sitios. Unos más serios que otros, algunos muy completos y con tanto que leer que terminaba añadiendo a mis páginas favoritas, sólo para que resultara más sencillo encontrarlos luego y no porque precisamente sea algo agradable de leer.
Pero entre todos los datos y toda la terminología científica, fue sólo un párrafo el que grabé a fuego en mi memoria:
Sin tratamiento, una persona con leucemia linfocítica aguda puede tener una expectativa de vida sólo de aproximadamente 3 meses.
Tres meses, ni uno más ni uno menos. No pretendía gozar de más tiempo de todos modos.
Las cosas debían suceder rápidamente si quería cumplir con la principal de mis metas.
Imagen de Oprisco en Deviantart.
Are you fucking kidding me? No lo puedo creer ._. boeee.. supongo que por eso demoraste tanto, no? ya te imagino como Jean, agregando a favoritos toda página en la que encontraras información xd loge you, quinti.. por cierto.. aún así es hermosa :)
ResponderEliminar