Ella no había encontrado un lugar donde correr y él ya se había cansado hacía tiempo de huir.
Pero ella tenía la energía y él, el refugio con lugar para dos.
Ambos eran trozos de piezas que alguien había destrozado y condenado al destierro y, de una retorcida manera, lograban ensamblar a falta de algo mejor.
Aunque en el fondo sabían que ninguno de los dos sería capaz de detener la lluvia y que aquello que tenían no era más que un instante en el que rezarían por un día soleado.
Inspirado en la canción "Please, don't stop the rain" de James Morrison.
Foto de Nika Fadul en Flikr
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