Esta Cenicienta ya ha pasado por noches increíbles y por eternas tardes de tristeza. Esta Cenicienta ha amado al Príncipe azul y al vagabundo pensando que ese podía ser su cuento de hadas. Esta Cenicienta ha reído con chistes malos y ha llorado por razones que estaban más allá de ella.
Esta Cenicienta ha caído y ha llenado de lodo su mágico vestido. Pero esta Cenicienta se levantó y lanzó sus zapatos de cristal bien lejos para correr en libertad.
Para ser, finalmente, feliz. Por el tiempo que dure.

jueves, 23 de junio de 2011

Soneto XXV

Antes de amarte, amor, nada era mío: 
vacilé por las calles y las cosas: 
nada contaba ni tenía nombre: 
el mundo era del aire que esperaba. 

Yo conocí salones cenicientos, 
túneles habitados por la luna, 
hangares crueles que se despedían, 
preguntas que insistían en la arena. 

Todo estaba vacío, muerto y mudo, 
caído, abandonado y decaído, 
todo era inalienablemente ajeno. 

Todo era de los otros y de nadie, 
hasta que tu belleza y tu pobreza 
llenaron el otoño de regalos.

Pablo Neruda

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tenés algo que decir? Vamos, expresate :)