Él y ella caminaban tomados de la mano por una de esas ferias de chucherías, esquivando gente e intentado no perderse en la multitud.
Algo llama la atención de la chica. Anillos, más precisamente, alianzas de matrimonio. Ella sólo sonríe y gira levemente su rostro risueño hacia él.
- ¿Comprarás esos? - pregunta él enarcando una ceja curiosa.
Ella ríe suavemente.
- ¿Qué? ¿No te casarías conmigo? - quiso saber ella, no sabiendo si querer escuchar la respuesta.
-¿Te debo contestar ahora? -musita el muchacho con una sonrisa nerviosa.
Ella sólo vuelve a reír y menea la cabeza negando. Eran demasiado jóvenes, el matrimonio no estaba en sus planes inmediatos.
Ambos se quedaron contemplando los anillos detenidamente, como sopesando la posibilidad.
- ¿Y si fuera yo el que los comprara? ¿Te casarías conmigo? - planteó el muchacho fingiendo observar la calidad de los anillos.
La joven lo pensó un segundo, sabía que se trataba de una broma.
- ¿Te debo contestar ahora? - dijo y ambos rieron.
Él la abrazó fuerte y se alejaron del puesto de joyería. Sin anillos y sin respuestas.
Ninguno quería casarse pero en ese momento, ambos incluso lograron verse vestidos elegantemente bajo el Cristo crucificado.
***
Algo que acabo de escribir. Pido disculpas si es horrible. Llevo mucho tiempo sin practicar.
Ah, se trata de una historia real ;)
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